FOTOS DE VAYA LOCURA! Nº1: LA SENDA DEL POETA MIGUEL HERNÁNDEZ
Comenzamos esta experiencia en Albatera sobre las 9 a.m. llenas de ilusión y con unas ojeras de más. Allí recogimos los credenciales (junto a la estatua de Miguel Hernández), dejamos las mochilas y después de un mini almuerzo comenzó una larga y divertida ruta.
Como si de una niña con sus zapatos nuevos se tratase, esa era mi cara el sábado por la mañana, la cual cambio a la mañana del domingo fue más bien la cara de la niña del exorcista. Bambollas por aquí, dolores por allá, lamentos por allí y cansancio por allá.
La primera etapa se basó en 28km aunque nosotras hicimos 2 extras más con lo cual un total de 30km, porque no sabíamos que podíamos cenar en la Universidad Miguel Hernandez (al lado de donde pasamos la noche) y decidimos ir a un bar un poco más alejado. En ese bar cenamos estupendamente y bebimos también genial.
De 6 personas que empezamos 4 fuimos las que nos quedamos en los pasillos de la Universidad, junto a toda una generación universitaria con sus hormonas alteradas, sus gritos, sus músicas, sus horas largas hablando o roncando y junto a la luz intensa de la Universidad encendida delante de nuestra cara, fue cuando decidí sacar el antifaz y tapones un gran invento. Fue toda una experiencia dormir tirada en el suelo con una esterilla y un saco en plan momia de tutankamon en una roca de piedra moviendo las piernas cual sirenita.
Segunda etapa nos dirigíamos a hacer 22km. El sol decidió no dar tregua, comenzó a apretar y con él a empezar a dar bajones de tensiones y junto con el cansancio acumulado, se hizo un poco más dura de lo esperada.
Tras la comida del domingo de 6 personas que empezamos, sola me quedé y se me hizo un poco más duro de lo normal, sobretodo las 3 últimas horas, no solo por su soledad también por sus subidas y bajadas desde Rebolledo a Alicante, pero con la cámara en mano lo pasé mucho mejor.
5 minutos antes de la llegada, allí me esperaba el incondicional junto a mis padres y como una estaba algo sensible pues no sé que pasó que me emocioné. Tras la bienvenida nos dirigimos al final de la seda la tumba de Miguel Hernandez donde estuvimos escuchando algunos de sus poemas.
Esta senda ha sido un buen comiendo de la sección de mis locuras, ya tengo pensada la siguiente locura más adelante la pondré a ver si la logro realizar.
Esta última foto fue una chorrada del incondicional.
